Respiro ausencia. Respiro asfalto. Respiro ciudad.
Puente incetridumbre, después silencio y calma me llevan a la brisa infinita donde aún no puedo flotar, y la realidad colectiva es testigo de tu plasma.
Aquí, en donde Mesoamérica y la magia son reemplazadas por olvido.
Donde hay estática creando el sonido del pensamiento constante.
Los edificios se evaporan al cielo y las palomas son sumisas de tu ser.
Respiro ciudad.
La cascada horizontal de hojas que me llueve en la espalda me deja inconsciente.
Respiro vida.
Apareces en tu fuego frente a mi y la inspiración se muere cuando te amanece la realidad.
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